J osé Martí no habría podido votar en el referendo constitucional del próximo 24 de febrero. Pobre Apóstol sin derechos. Los casi catorce años que pasó deambulando por Madrid, Zaragoza, París, Veracruz, Nueva York y Tampa, le inhabilitarían su condición de cubano al más universal de todos los cubanos. Solo los cubanos que el gobierno ha decidido podrán votar en el referendo constitucional / EFE La ley migratoria castrista condiciona la ciudadanía cubana a la permanencia de 2 años como mínimo en territorio nacional. Algo así como que la cubanía se hace vapor de agua lejos del islote caribeño. Se difumina. Usted puede no entenderlo, ni ninguna lógica humana o divina. Pero la burocracia migratoria cubana lo entiende muy bien. Equivale, pongamos, a que el pater familias obligue a sus hijos a habitar la casa natal durante un tiempo mínimo para poder seguir contándose como miembro de la estirpe familiar. “Si te vas más de dos años lejos de casa no serás un Rodríguez”, algo así. La
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