La ancestral e imprescindible práctica de meditar acerca del proceder individual con la cabeza sobre la almohada justo antes del sueño, ha perdido arraigo en este tiempo nuestro o sucede como simulacro de una introspección real. Un ejercicio que inicia en la infancia, cúspide de los juegos, y cuya evolución supone en cada subjetividad un análisis de acciones y definición de propósitos en virtud de una conciencia limpia, aparece en franco declive y la evidencia estalla a ojos vistas. Indiferencia y desamor expresados en conductas vacías, se instalan en cada espacio público de Santa Clara, procedente de ese lacerante fenómeno que denominamos indisciplina social. Una frase popularmente acuñada por la constancia en su empleo en detrimento de la (co)existencia y la espiritualidad colectiva. Así, el parque Leoncio Vidal de esta ciudad sufre el ultraje de sus estatuas, monumentos y mobiliario, bienes patrimoniales que narran parte de la historia santaclareña. Niños jugando en un
El arma de una guerrilla online