Las 'motonetas' llegaron como una suerte de salvación para aliviar la difícil situación del transporte en la capital de Villa Clara, Santa Clara.
Las motonetas alivian la delicada situación del transporte en Santa Clara. (L. VAREA) |
Han contribuido al
apoyo de rutas complicadas y afligidas desde su entrada al gremio, acotó
Rogelio Blanco, funcionario en la Dirección Provincial de Transporte en Villa
Clara.
El
reconvertir motos superiores a los 175 centímetros cúbicos en 'motonetas' fue aprobado a
mediados del mes de mayo de 2013.
¿Qué es una 'motoneta'?
Las motonetas surgen por falta de transporte estatal. (L. VAREA) |
Producto
de un amorío entre una fría motocicleta soviética y un vehículo de carga cubano
desconocido, probablemente mestizo, la motoneta es la mejor y en muchas
ocasiones la única alternativa para el que no pudo subirse al ómnibus.
Criatura
mitológica, una suerte de minotauro. El torso de motor: Ural, Minsk, MZ,
turbina para regadío de agua… El resto de la fisonomía se muestra en un abanico
de formas, pero todas cuentan con una característica común: un tráiler con dos
filas de asientos.
La
mayoría carga hasta ocho pasajeros, aunque existen de hasta doce o algunos más
modestos, que solo soportan seis personas, comentó Alfredo Hernández,
chofer y mecánico de motonetas en el Reparto Caracatey, Santa Clara.
Los precios
Los precios son fijos y ello es legal . (L. VAREA) |
El precio es
fijo: siete pesos por viaje, independientemente del trayecto. No existen
regateos, favores, créditos y demás mediaciones.
En la noche,
sin embargo, ese precio varía. Puede aumentar cinco pesos en un viaje entre el
Hospital Materno y el Parque Vidal. O el doble, 14 pesos, en el trayecto desde
Parque Vidal al Reparto José Martí.
No obstante,
en tiempos de oferta y demanda todo es posible. La Resolución 368 del Ministerio
del Transporte del 2011, así lo establece. Por lo tanto, desde el punto de
vista jurídico no existe violación.
El 'motonetero'
Los motoneteros tienen que dar al dueño 500 pesos diario y cobran 200. (L. VAREA) |
No importa si
el pasajero es sociólogo, ingeniero o veterinario, sobre las tres ruedas manda
el que lleva las riendas de la criatura: el chofer o 'motonetero'.
Riñonera
asfixiando la cintura, el casco apachurrado contra el cráneo, gafas
intransigentes, camisa enguatada.
La mayoría son relativamente jóvenes, aunque
siempre aparece alguno más adulto, veterano de mil piqueras, refirió Cristina
Alonso, profesora de la Universidad Central de La Villas (UCLV), con tono
sarcástico.
Son los amos de la
vía, dicen algunos; aventajan por mayoría a los antiguos zares del camino,
los choferes de las guaguas, los califican otros.
El viaje
La
gente va como en penitencia: las rodillas dobladas, los codos sobre los muslos,
el mentón rígido entre las manos abiertas, el viento golpeando las caras.
Pareciera que meditasen, pero hasta un monje tibetano sería incapaz de
conciliar la paz mental a bordo de una motoneta.
Este sui géneris artefacto aventaja al transporte estatal por no tener horario, ser rápido y vas sentado. (L. VAREA) |
Un
bache, una curva emprendida a toda velocidad o alguna de las variadas paradas
del chofer en el camino ‒un
café, una conversación con un colega o una
reparación momentánea‒, se encargarán
de perturbar el viaje.
Habría
que pagarle a uno para semejante tortura, exclama un pasajero
de la ruta Buen Viaje-Universidad, mientras los otros apoyan.
Pese
a ello, muchos defienden al vehículo al alegar que ha resuelto tremendo
problema.
Pero lo cierto es que
las paradas no se vacían y las billeteras adelgazan con los días.
Las motonetas alivian la delicada situación del transporte en Santa Clara. (L. VAREA) |
Las motonetas alivian la delicada situación del transporte en Santa Clara. (L. VAREA) |
Las motonetas alivian la delicada situación del transporte en Santa Clara. (L. VAREA) |
Las motonetas alivian la delicada situación del transporte en Santa Clara. (L. VAREA) |
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