Armando Rodríguez Fonseca, un buzo del vertedeo municipal de Santa Clara. (L. VAREA) |
No se trata de cazadores submarinos ni tampoco de admiradores
del mundo acuático, sino de personas pobres conocidas en el argot popular como
«buzos» que se dedican a hurgar en los basureros, en busca de objetos servibles
o factibles de reciclar que sean
bienvenidos en las casas de compra de materias primas.
La deprimente labor es un fenómeno propio de países del Tercer
Mundo, donde hasta los niños y mujeres se ven obligados a ejercer tal
profesión, a fin de encontrar restos de alimentos u otros artículos que les
permitan subsistir ante la pobreza y el desempleo.
En Santa Clara operan en los zupiaderos de edificios
multi-familiares y en el vertedero municipal, colectores de basura. Allí extraen
restos de madera, cartones, latas de aluminio, pedazos de metales, entre otros
materiales, para después venderlos en los establecimientos antes citados,
pertenecientes a la Empresa de Recuperación de Materias Primas.
Colectores en el Vertedero Municipal de Santa Clara. (L. VAREA) |
Aunque estas personas sean rechazadas en la sociedad, de
forma general, ellos están ayudando al país. Recolectamos entre el 25
y el 30 por ciento de la basura que llega aquí diariamente, refiere Eduardo Moya trabajador del vertedero.
El método utilizado en el vertedero, no es eficiente y deja mucha materia reciclable, dijo.
Aquí es donde juega el importante papel de los buzos.
El método utilizado en el vertedero, no es eficiente y deja mucha materia reciclable, dijo.
Aquí es donde juega el importante papel de los buzos.
Quienes se dedican al denigrante oficio arriesgan su salud. Corren
el riesgo de contraer enfermedades como la leptospirosis, así como las
pulmonares y de la piel, producidas por hongos y parásitos que encuentran aquí,
un caldo de cultivo ideal para reproducirse.
Vertedero Municipal de Santa Clara. (L. Varea) |
Comentarios
Publicar un comentario